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Características de las telenovelas

 

¿qué tienen en común este tipo de telenovelas, cuál es su característica principal en la que se han sostenido hasta la actualidad? La respuesta es sencilla, el melodrama. Fernando Lázaro Carreter en Diccionario de términos filológicos define el melodrama como:

 

Derivados de género dramático, los melodramas son obras teatrales cuyos rasgos más importantes vienen dados por la simplificación de caracteres de los personajes, el insufrible maniqueísmo, la exaltación de la virtud, la grandilocuencia declamatoria, los efectismos de todo tipo, y la enorme falsedad de unas situaciones rebuscadas, cuyos protagonistas y antagonistas, si bien con distintos nombres y ocupaciones, apenas varían unas de otras [...] Hoy pueden incluirse en este género las telenovelas

 

Otra característica en común que tiene la telenovela es la producción del personaje femenino. En todas las telenovelas la protagonista es una mujer puritana, obedece las reglas, tiene un pasado bastante complicado o su situación familiar es bastante rígida con ella, no puede casarse con cualquier hombre sino que éste debe ser elegido por sus padres, “...lo que permitiría a los espectadores reconocerse, y ser reconocidos”.

 

Al igual que las películas, la telenovela funcionará como una máquina de sueños y como una manera de reforzar los valores que se tenían en esa época. En contraste con esto, la telenovela es un medio por el cual los espectadores pueden conectarse con los logros, la vida y las aspiraciones que quisieran llegar a alcanzar: un hombre rico que se enamora de una mujer pobre o viceversa; una vida pobre que por azares del destino cambia su suerte; una mujer malvada que tratará por los medios posibles separar a la pareja principal y que al final la villana terminará en el peor de los infortunios.

 

Finalmente, la telenovela mexicana es un vaivén de historias, sentimientos, personajes, pasiones, instintos inclusive;  aunque la mayoría de ellas contenga un argumento relativamente débil y personajes bastantes simples, es precisamente por esto que este tipo de productos culturales es tan consumido.

 

Produce una oposición esencial: el bien y el mal, dos fuerzas que se mantienen a lo largo de toda trama telenovelezca y en la que al final triunfa el bien sobre el mal. Y en la que toda situación puede ser superada por la pasión más importante y mantenida por toda la humanidad, la esperanza. Bien dicen que la esperanza muere al último, y desde el punto de vista de la semiótica la telenovela cumpliría con las dos pasiones fundamentales por las que el ser humano actúa: el amor y el odio.

 

De la combinación de ambas oposiciones se pueden obtener diversas manifestaciones de la conducta humana: la lujuria, el poder, la envidia, lo romántico, la venganza. Pero al final de cuentas, los personajes de telenovela se mueven por un componente modal y uno aspectual, es decir, la esperanza y el proceso en el que se desarrolla esta pasión, ¿cuándo acaba la esperanza en una telenovela? Cuando el sueño de los personajes se cumple por fin, en la conclusión.

 

 

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